La historia de la Granja Rujamar
Especificaciones:
Contra viento y marea
Granja Rujamar es una pequeña granja avícola. La empresa existe desde 1984, fue fundada por la familia Martínez Hernaiz y está situada en la provincia española de Cuenca. Se encuentra entre Madrid y Valencia.
La provincia de Cuenca es de origen agrícola y se ha ganado a pulso el apelativo de "granero" de España.
La rica historia y cultura de esta zona se remonta al siglo VIII, y aún es muy evidente en una de las ciudades más pequeñas, también llamada Cuenca. Las murallas de la ciudad fueron construidas por los árabes más o menos en esa época.
Tras la creación de Granja Rujamar en 1984, la empresa pasó de ser un proveedor local a convertirse en un proveedor provincial con buena reputación. Los huevos se vendían bien y la estabilidad dentro de la empresa también podría ofrecer oportunidades para una mayor expansión.
Sin embargo, para seguir expandiendo su empresa, el señor Martínez necesitaba la ayuda de uno de sus hijos (tenía cuatro hijos: dos mujeres y dos hombres). El mayor, Rubén, sería la persona más adecuada para suceder a su padre y expandir la empresa. Sin embargo, Rubén se había convertido en profesor de educación física y prefería continuar con esta carrera.
Así que se eligió al segundo hijo. El Sr. Martínez le enseñaría los entresijos de la profesión y así se aseguraría de que su empresa continuara. Mientras tanto, se prepararon planes de expansión y se realizaron varias pequeñas inversiones.
Durante este periodo de traslado, su hijo, el sucesor, murió en un accidente de coche. El dolor de la familia era grande, pero también se planteaba la cuestión de cómo seguirían adelante.
Rubén, consciente del dolor de su padre y de su impotencia, decidió abandonar su carrera deportiva y ayudar a su padre a continuar con el negocio familiar.
Dos años después del accidente de coche, su padre murió. La gente decía que murió de un corazón roto, por la pérdida de su hijo.
Rubén se enfrentaba a la difícil tarea de continuar y expandir la empresa él solo. Estudió el mercado a fondo y solo vio posibilidades en los «sistemas sin jaulas» para el futuro.
Examinó, estudió y amplió su visión hasta convertirla en una política y se puso manos a la obra. Amplió su empresa, vendió las jaulas y adaptó el alojamiento para las gallinas, en consonancia con su visión. Los silos de grano se modernizaron, se ampliaron con equipos para procesar las premezclas compradas en el pienso básico automezclado, de modo que también se pudiera trabajar de forma autosuficiente.
Rubén descubrió que había un hueco en el mercado. Con el eslogan «un pollo no debe vivir en una jaula», comercializó su producto y... el consumidor estaba preparado para ello. Con su visión, Rubén se adelantó a sus competidores y, por lo tanto, consiguió una posición sólida en el mercado.
Un buen clasificador también encajaba con esta visión y a través de SMS se compró un Omnia 170, pero al cabo de un tiempo la capacidad resultó insuficiente y se compró un Omnia 330 a través de nuestro agente en Alcántara, España. Con ello se duplicó la capacidad.
Nueve meses después de la compra del 330, la capacidad resultó insuficiente debido al aumento de la demanda de huevos por parte de los consumidores.
La Omnia 330 ha sido sustituida por una Omnia 500 y, en un futuro próximo, se instalará un sistema Contiflow de Moba.
«Solo quiero Moba», afirma Rubén. «Las posibilidades de estas clasificadoras se adaptan perfectamente a mis necesidades y el servicio es excelente».
Me gustaría visitar a Rubén Martínez, de Granja Rujamar. Un hombre al que la vida le ha tratado injustamente, ya que perdió a su hermano y a su padre en poco tiempo y renunció a su querida carrera deportiva para continuar con la empresa familiar. Un hombre con una visión clara y que sabe lo que quiere.
Paul de Schouwer, Moba Group
«Solo quiero Moba», afirma Rubén. «Las posibilidades que ofrecen estas clasificadoras se ajustan perfectamente a mis necesidades y el servicio es excelente».
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